La docente, escritora y poetisa Rosabetty Muñoz, de manos del Presidente Gabriel Boric y la Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. Ceremonia -desarrollada en el Palacio de La Moneda, en que la máxima autoridad del país destacó su trayectoria e invaluable aporte a la cultura nacional.
La originaria de Ancud y Alumni de Pedagogía en Castellano UACh, Rosabetty Muñoz fue reconocida junto al escritor chileno Alejandro Zambra, quien obtuvo el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2023.
En conversación con Alumni UACh la escritora dijo que el Premio “es muy importante porque abre nuevas posibilidades de lectura y diálogo, con otras escrituras, con otros lectores. Llega en un buen momento porque estoy en pleno ejercicio, encantada con las palabras y sus posibilidades”.
Justamente, el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, que fue creado en 2004 en homenaje al centenario del Premio Nobel de Literatura (1971), incluye la edición de una antología poética que estará disponible en las bibliotecas públicas del país. Al respecto, Muñoz comentó que “tal vez es lo más importante del premio. Para un escritor, el hecho de que los libros estén al alcance de la mayor cantidad de personas, es un deseo; en este caso se cumple todavía mejor, porque la Red de Bibliotecas Públicas cubre casi todo el territorio nacional y en muchos lugares es un punto de encuentro”.
“Me alegra mucho que en esas repisas esté esta antología al alcance de niños curiosos, jóvenes exploradores”, acotó.
En el mismo sentido, envío un mensaje a los jóvenes interesados en la literatura. “Sean apasionados, cuiden su curiosidad, no se dejen atontar por el sistema de consumo, que busquen el silencio y la voz personal, escondida dentro de sí y que está llena de maravillas”, apuntó.
Y en cuanto al rol de la poesía en la sociedad Rosabetty Múñoz expresó que “lo primero es la reserva de sentido que hay en la poesía. También es necesaria para la formación de los seres humanos del futuro: Soñar e imaginar todavía no pueden hacerlo las máquinas y hay que rastrear en esa forma de conocimiento de la realidad cada vez con más ahínco”.
Asimismo, Rosabetty Muñoz tuvo palabras en relación a su paso por la Universidad Austral de Chile. “Fueron años intensos, fundamentales para mi vida y mi poesía. El conocer, compartir, leer con escritores tan talentosos como Clemente Riedemann, Jorge Torres, Sergio Mansilla, Maha Vial, Pedro Jara, entre otros, fue un aliciente para seguir pensando en cómo escribir desde la provincia, sobre cuál es el papel de un creador en su comunidad. En fin, temas que siguen gravitando”, recordó.
Trayectoria
Rosabetty Muñoz, que ha tenido un marcado trabajo de docencia y divulgación de las letras, pertenece actualmente al Colectivo de Escritores de Pueblos Abandonados. Entre los años 1975 y 1976 participó en el grupo Chaicura de Ancud; y en 1980 fundó junto a otros jóvenes universitarios el grupo “Índice” en Valdivia.
Su primera obra fue: Canto de una oveja del Rebaño (1981)-Ediciones Ariel y en 1994 por Ediciones Kultrun; misma editorial –Ediciones Kultrun– en que en 1991 publicó “Hijos”, en 1994 “Baile de Señoritas” y en 2008 “En nombre de ninguna”. Y anteriormente, en 1986, en Editorial Cambio publicó “En lugar de morir”.
En Editorial LOM en 1998 lanzó “La Santa, historia de su elevación”, en 2002 “Sombras en el Rosselot”, el 2005 “Ratada”, y en 2019 “Ligia”.
De igual forma, en 2012 en Ediciones del Árbol en Buenos Aires dio a conocer el texto “Ceremonias” y el 2019 en Ediciones UV la obra “Técnica para cegar a los peces”. Mientras que este año se dio a conocer “Poesía Reunida”, de Ediciones Tácitas.
A su haber tiene tres antologías, una publicada en 2012 por Ediciones Tácitas elaborada por Kurt Folch llamada “Polvos de huesos”; luego en 2020 sale a la luz “Misión Circular”, antología de Lumen, con notas y edición de Vicente Undurraga; y este año “Isola Sacra” de Editorial Universidad de la Frontera, cuyo eje temático es la Isla de Chiloé.
Dentro de los reconocimientos que ha recibido, en 1992 logró la Mención de Honor del Premio Municipal de Poesía de Santiago y en 1996 Mención de Honor del Premio Pablo Neruda. En el 2000 el Premio Pablo Neruda, por el conjunto de su trabajo, mismo año que le es otorgada la Beca Fundación Andes, y obtiene el premio Consejo Nacional del Libro y la lectura por “Sombras en el Rosselot”.
Además, tiene un premio Altazor (2013), Premio Municipal de Literatura de Santiago ( 2021), y en 2022 Premio Chiloé en Extensión Cultural y el Premio Nacional de Poesía Jorge Teiller. Y este 2024, obtuvo el premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.